martes, 19 de agosto de 2014

Las lesiones del Boxeo



En el boxeo se prohibe cualquier golpe bajo la linea del pantalon y se prohibe cualquier golpe a la nuca de manera intencional.
Existen varias formas de parar un combate, la facultad del arbitro, el entrenador puede tirar la toalla incluso el mismo pugilista puede parar su propio combate o lanzar su protector bucal.
Pero la realidad es que cada golpe que recibe un boxeador reduce un poco más su poder analítico y produce un alto nivel de lesiones.



(Por Mara Evaristo) - Las lesiones en la nariz son las más comunes dentro del boxeo, las fracturas, particularmente del tabique y de los huesos nasales. Estas lesiones dejan deformaciones permanentes.  




Los ojos pueden sufrir hemorragias intraoculares y desprendimiento de la retina. Parálisis de los músculos oculares, visión doble, ceguera transitoria o definitiva causada directamente por lesión del globo ocular o del desprendimiento de la retina.



En la región parotídea pueden manifestarse hinchazón dolorosa dejando como secuelas dificultades para la marcha o dificultad para el habla y para abrir la boca.




Desprendimiento del pabellón de la oreja. Rotura del tímpano, y consecutivamente vértigos y, síncope. Alteración de los huesecillos del oído medio. Alteraciones del oído provocando tinitus o sea sensación de tintineo o ruidos raros y fácilmente sordera.



Fracturas o luxaciones en las manos, particularmente del primer metacarpiano, de la mano que golpea. 



Una de las lesiones más frecuentes es la demencia pugilística. Es una enfermedad neurodegenerativa originada por conmociones cerebrales producidas durante varios años. Las conmociones cerebrales frecuentes pueden llevar al daño de cerebro permanente, dando por resultado progresivamente el empeoramiento de facultades mentales. La condición es muy común en boxeadores profesionales o pugilistas, como sugiere su nombre, así como los atletas en otros deportes que sufren conmociones cerebrales, muchos boxeadores sobreviven pero convertidos en seres torpes, oligofrénicos, incapaces de valerse por si mismos, casi inválidos. No hay cura para el demencia pugilística, aunque los medicamentos y la terapia pueden ayudar a retrasar la degeneración cognoscitiva y los pacientes aprenden vivir con la enfermedad. 



 

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